12 de mayo de 2016

Enciende las luces de tu cabeza, gilipollas

En todos los sitios tiene que haber un gilipollas. Y yo he descubierto el de la sala de estudio. Mis clases tiene unos horarios que no le deseo yo ni a mi peor enemigo y, entre 2 horas de Comunicación y 2 horas de Historia de la lengua, tengo un rato bien largo para vivir en la que más o menos se ha convertido en mi segundo zulo. Pero al tema, que me lío. 

A mi la luz me molesta muchísimo en los ojos, tanto la natural como la artificial, y más para estudiar, pues si me quiero concentrar, tengo que tener luz solo en la parte en la que me tengo que centrar. Es decir, en los apuntes, y el resto debe estar menos iluminado. Pues todos los días, y repito, TODOS LOS DÍAS, llega el gilipollas de turno y enciende la p**a luz. Y no me refiero a la luz que hay individuales, encima de cada uno y cerquita de los apuntes. No. Él tiene que encender la de toda la sala. ¿Porqué? Yo solo he encontrado una solución. Porque le faltan luces, nunca mejor dicho. Y es que el capullo de turno, al que pasaré a llamar el tocapelotas, es un hombre (si hombre, no joven) de unos 45 años, que viene 15 minutos (SOLO 15 MINUTOS!!!!) a la sala de estudio, a robar uno de los enchufes, escasos por otro lado, de los que disponemos. Saca su portatil, hace dos tontadas (porque en ese tiempo no le da para más) y se va. Eso si, deja todas las luces encendidas. TODAS. Con la de dinero que le sobra a Unizar (Universidad de Zaragoza) es un derroche que se puede permitir. Y así todos los días de la semana.


Blog Miss Lavanda

Y es que el tocapelotas es un especimen que puedes encontrar siempre, en cualquier lugar. Porque hace poco también he descubierto la tocapelotas, otro género, mismo objetivo: fastidiar todo lo que pueda y resultar, como la tocapelotas diría, tan annoying, que no ves el momento de perderlos de vista. Con la tocapelotas tengo suerte y su vida "apasionante" y derrochadora está a un par de horas de avión de mi. Sin embargo con el tocapelotas no he tenido tanta suerte. Pero algún día se lo diré.

" Majo, ¿te importa no encender todas las luces de la facultad para 15 minutos que tonteas con el ordenador?"

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