25 de junio de 2015

Caminemos al sol...

El 25 de mayo empezó la tortura, que hoy, un mes después termina. Muchas horas de estudio, muchos momentos de tirar la toalla y dedicarse a otra cosa, alguna que otra cerveza y varios momentos de terraceo. Mucho calor (ofú mi arma!) y muchas horas en pijama. Exámenes fáciles y difíciles. Aprobados y suspensos...

Pero oye, me merezco un par de semanitas de relax. Aunque me esperen los septiembres, también me llama el sol, el verano y mis amigos. A grito pelado. Tanto que este fin de semana me voy de mañaneo a mi Teruel bonito. Y olé.





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18 de junio de 2015

Dear Future...Something

Dear future husband, 
here's a few things
you'll need to know if you wanna be
my one and only all my life.



Eres el amor de mi vida. Tu no lo sabes, y yo tampoco, tranquilo. Los dos vivimos en la oscuridad de la ignorancia. Quizá te he conocido ya, o quizá no. Quizá ahora estés en mi vida, quizá pasaste y vuelvas, o quizá aún no has llegado. Tranquilo, que no tengo prisa. 

Oscar Wilde by Mr. Wonderful


Sólo quiero avisarte de un par de detalles. Si decides convertirte en el amor de mi vida y te arriesgas a pasar el resto de tu vida a mi lado, o simplemente a comprometerte en serio conmigo, tengo que avisarte. Soy un completo desastre. Un completo y caótico desastre. En serio, de los que no se puede manejar. Y es que ni yo misma me sé manejar. Te estarás riendo, pero no, yo no vendo humo, yo soy lo que soy y te lo digo antes de firmar un contrato. Así que luego no te quejes. 

Me encantan las moñerías. Soy el ser más romántico del mundo, pero no siempre. Me encantan las flores, los anillos, los collares y los libros envueltos con un lazo. Me encantan las películas de sofá, abrazos y manta y me encantan las velas cuándo duermo (eso sí, con la puerta abierta, que soy romántica pero no tonta). Me encantan las cenas románticas en italianos deliciosos y los paseos al lado del río a la luz de la luna cogidos de la mano. Me encantan los besos de película, las bodas y las canciones que me hacen mover la cabeza de lado a lado. Pero ya. Me gustan de vez en cuando y sin motivo, pero no me gustan los 365 días del año las 24 horas del día. Porque te voy a contar otra cosa, soy la tía más desapegada del mundo. Necesito mi espacio, mi autonomía. Necesito ser yo para que juntos podamos ser nosotros. Necesito caerme y levantarme sola, aunque tú me seques las lágrimas. Y necesito triunfar por mi misma, aunque tú me esperes al bajar del escenario con la mejor de tus sonrisas. Y necesito que entiendas esto. Porque a ti te voy a dar lo mismo, también estaré abajo para celebrar tus triunfos, con lo que me gusta a mi una buena celebración y levantar la copa, como P!nk. Y también estaré lista con el paquete de pañuelos por si te caes y derramas unas lágrimas.

No quiero que siempre me des la razón, aunque yo siempre defienda que la tengo, en el fondo sé que me equivoco a menudo. Más a menudo de lo que reconozco. Me encantará que me digas hoy cenamos fuera, lo mismo que a mi me gustará pagar la cuenta más de una vez. Seré (o eso espero) una mujer trabajadora y autosuficiente, no una damisela en apuros que no puede pagar una simple cena. Me gustará que me digas lo guapa que estoy recién levantada cada mañana. Me gustará mucho, porque yo sabré que no es verdad, y tu también, pero los dos sabremos que esa será mi belleza real; sin maquillaje y con los pelos cual león, con los ojos casi cerrados y los movimientos robóticos. Esa será mi yo más pura y real, en pijama y sin ver nada por no ser capaz de encontrar las gafas que abandoné la noche anterior en algún lugar de la casa. Querré llevarte a ver a mi familia, como querré que me lleves a las interminables comidas familiares de la tuya, con suegra incluida. Pero tendrás que entender que necesitaré mi café a solas con mi hermana, mis momentos de sofá con mi cuñado o mis tardes infantiles con mis sobrinos. Y que te excluya de esos planes no me hará quererte menos, sino hacerlo cada día con más ganas. No necesitaré que me abras las puertas por donde pase ni que me lleves en brazos, pero me muero por ganas de hacer la colada contigo y fregar los vajillos a tu lado con la radio de fondo. Y soportaré los partidos de deportes extraños o minoritarios si a ti te gustan, igual que tu soportarás mis series en versión original. Harás tu la cama o aprenderás que extender el edredón también es un buen método de dejar la casa aceptable. Dejarás que mi ropa se acumule en la silla del escritorio y te dejaré un trocito si tu la quieres, o podremos poner dos sillas. Se caerán mis bolsos cada vez que abras la parte de arriba del armario y encontrarás mis pañuelos en un montón del armario. Y lo mejor será que lo mirarás con una sonrisa y me pedirás, sin ninguna esperanza, que lo ordene. Porque sí, en ese momento sabrás, igual que yo sé ahora, que soy un ser desordenado por naturaleza y el caos es mi estado natural de supervivencia.


"Even when I'm acting crazy
tell me everything it's alright"

Y sí, cada vez que saque mis momentos de locura necesitaré que me digas que todo va a estar bien. Igual que te diré lo maravilloso que ha quedado cada uno de los cuadros que cuelgues y que acabarán torcidos en la pared. 



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11 de junio de 2015

Estrellas, silencios y olvidos

"Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrellas, y que hay silencios que separan sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros. 

Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moriría si no respiraba, también lo hacía, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien que te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar, porque si vamos a morir, queremos morir por alguien que sepa llorarnos. 

Y sobre el desamor (o cuando sientes cosas bonitas por alguien que ya está sintiendo cosas bonitas por otro) pensaba que, a veces, es inevitable. Y que ojalá pudiésemos elegir de quién enamorarnos, y hacerlo de aquella persona que supiese querernos. Pero las cosas, por desgracia, no son así. Y muchas veces (más de las que me gustaría) terminamos padeciendo insomnio por alguien que, además e irónicamente, nos hace soñar. 

Y luego terminó hablando sobre la capacidad de olvidarnos de las personas, y sobre la naturaleza de los recuerdos, diciendo que la mejor forma de olvidar a alguien que nos duele es llegando a la conclusión de que no merecemos eso, de que merecemos algo más. De que merecemos sangrar por alguien que, luego, venga a curarnos. De que la vida no es tan larga, ni dura tanto, como para estar perdiendo el tiempo esperando trenes que ya han pasado. De que hay que sonreír a los amaneceres, independientemente de que compartamos cama con la soledad. Que las cosas llegan cuando menos las esperas, y que si siempre las estas esperando, sólo tardan en llegar un poquito más. Pero llegan, tarde o temprano. 

Y entonces dijo: 'Sigo queriendo a toda la gente a la que he querido en mi vida, peros sólo amo con esa urgencia en la mirada a la esperanza que, un día, y qué más da cuándo, amaré a alguien y será para siempre.' "

                              - SERGIO CARRIÓN -






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4 de junio de 2015

Al ritmo de nuestro vals

Bailar no era tan difícil si estaba en sus brazos. La melodía sonaba, lenta al principio, más deprisa al final. Cada golpeteo de cada tecla de ese viejo piano marcaba el latido de mi corazón mientras giraba sobre mis pies. Aquella era una noche especial. Estábamos celebrando que por fin compartíamos lugar. Se habían acabado las distancias, las llamadas, las bromas por teléfono. Por fin podíamos tener nuestra pequeña fiesta cada día, en persona. Nuestras pequeñas bromas. No debíamos esperar a encontrarnos, quizá más de tres meses después, para preguntarnos todas las cosas serias que nos rondaban la cabeza. Esas cosas que no te atreves a preguntar por teléfono, porque necesitas ver la reacción del otro.Por fín teníamos nuestros momentos de complicidad al alcance de nuestras manos. Con estirar los dedos. 

Como adicta a la música que soy, había elegido una canción que te deja fluir, que te deja soñar, imaginar, sentir. Para esa primera cena de muchas en su pequeño hogar. Quizá a partir de ahora también yo podía llamarlo mi hogar. Un moño, el pijama y un dulce bamboleo del cuerpo al son de los acordes. Y de repente me encontré bailando, en sus brazos, girando sin encontrar un final. La música sonando, la cocina hirviendo de vida y mi corazón dando saltos de alegría. Para terminar en un abrazo interminable, en unas risas incontroladas y en unas mejillas coloradas. 
Y después de girar, y sentir, y bailar, y querer, y morir y vivir de amor en tan solo 3 minutos me di cuenta que quizá la felicidad no estaba tan lejos. Tan solo tenía que dejarme llevar. Y es que sus brazos se habían convertido en mi lugar favorito del mundo...




Via Google

PD: Basado en un experimento. Escucha Yiruma - River Flows in You. Déjalo sonar en tu cabeza a la vez que dejas que tus manos escriban lo que sientes. Los resultados pueden ser como lo de arriba o algo mucho más maravilloso. Déjate llevar y sueña. 




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