"Me apetece brindar, simplemente por poder contar con ellas. Porque hay pocas cosas más grandes que eso.
Y brindo por tenerlas. Por saber que por mucho que me aleje, por mucho que me pierda y por muchas veces que me equivoque, ellas van a estar ahí cuando decida volver. "
Por vosotros. Levanto el vaso y bebo por vosotros. Porque de tanto repetirlo me parece normal, pero no lo es. Ni lo nuestro, ni vosotros. Nada es normal. Ni las risas, las bromas y las confidencias. Porque vosotros me devolvéis la vida que voy perdiendo en la gran ciudad. El aire, la charanga, las buenas comidas y el alcohol. Las horas de sueño en mi gran cama. Porque vosotros sois mi aire.
Bebo por todas las historias que me habéis dado. Bebo por cada momento que habéis compartido conmigo y también por cada uno que os he contado. Bebo porque sabéis lo mejor de mi y, como no podía ser de otra forma, también lo peor. Vosotros sabéis lo que me voy a echar en el cubata, lo que voy a decir en cuanto habrá la boca. Bebo porque conocéis mis primeros amores, mis primeras calabazas (y mira que tengo un repertorio calabaceril amplio), mis primeros besos. Vosotros sois los encargados de distribuir mis rumores, y los primeros en contrastarlos conmigo. Bebo porque sois los que planeáis bodas sin haber novio de por medio, los que me prometéis noches inolvidables y las hacéis insuperables. Una a una, sin prisa y con buena letra, pero cada una es mejor que la anterior. Bebo porque con vosotros me he hecho mayor, incluso vieja. Vosotros me aportáis la locura que le hace falta a esta mente mía, tan cuadriculada.
Bebo por todos los líos que hemos compartido, las macetas que hemos tirado, las farolas que han caído. Vosotros bailáis conmigo y veis amaneceres inolvidables. Bebo por tantos bailes, tantos patios de escuela, tantos pisotones, tantas gafas por el suelo. Bebo por tantas afonías, por tantas caidas y por tantas fotos de grupo. Por nuestros mañaneos. Bebo por tantas comidas en la calle, tanto vino volando, tanta gaseosa, tanto vodka. Porque vosotros improvisáis los mejores vermuts en 10 minutos y con la resaca de una semana encima. Bebo porque, después de tantas fiestas vosotros vais mejorando los planes, los vamos haciendo más a nuestro gusto, a nuestra medida. Bebo por tantas conversaciones en el jardín de delante, tantas raves en los baños; sabéis que pueden ser nuestros mejores momentos. Bebo por tanto verde en nuestras vidas, porque todos sabemos que siempre será nuestro color, queridos míos.
Bebo por los almuerzos en una casa vacía, por los huevos fritos de corral recogidos a las 8 de la mañana, por las servilletas robadas, por los chorizos fritos. Bebo por los calderos de agua que me pedís a las 9 de la mañana después de una fiesta, y por vuestras caídas. Bebo por tener que limpiar una cocina hasta las 11 de la mañana, por curar las resacas en la piscina, por esas tapitas de oreja tan bien hecha y por esa ración de morro que nunca llegó, pero que nos dio tantas risas.
Y bebo tanto porque con vosotros nunca brindo. Pero no nos hace falta, porque beber con vosotros siempre me da los mejores momentos de mi vida. A partir de ahora nos queda todo un año por delante para beber por nosotros. Muchas barras y muchos cubatas que me beberé a vuestra salud. Y por supuesto, muchos que me beberé con vosotros, porque son los que mejor saben.
Y bebo, simplemente porque sois los mejores.
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