2 de julio de 2015

Preferir. Amar. Desear


"Ni contigo ni sin ti tienen mis penas remedio. 
Contigo porque me matas, y sin ti porque me muero. "

- Antonio Machado- 


Existen tres formas de QUERER: con la cabeza, con el corazón y con la tripa. En la cabeza, QUERER se llama preferir, en el corazón, amar; y en la tripa, desear. O quieres con las tres o estás destinado al caos.
[...]

Cabeza, corazón y tripa son tres fuerzas que deben tirar juntas. Tres cuerdas que tan fácilmente se hacen un lío como hilan una hermosa trenza. Es la alineación la que nos mantiene en pie. 

¿Te ha pasado alguna vez que Te ha pasado. Una persona te atrae tantísimo que, cada vez que la tienes cerca, Troya es a su lado una hoguera y las obras de Shakespeare, bien parecen literatura infantil. Te arde la tripa y te tiembla el cuerpo, pero la cabeza te dice que no es lo que buscas. O, al revés. Es una persona diez, ideal, cariñosa, valiente, atenta, buena, divertida...pero no te enciende. La cabeza diciendo , y tu tripa diciendo no.

[...]

"No estés con una persona porque sin ella mueres, sino porque con ella vives"

Uno no elige de quién se enamora, pero sí elige a quién se expone. [...] Tener claro lo que queremos es el mejor filtro para evitar impostores. Lo que quieres o nada. Merécete y no te conformes.

Si pierdes el control, te pierdes a ti mismo; pero si te aferras demasiado al control pierdes el disfrute. Equilibrio. La cabeza no puede ser nunca un freno, sino guía que nos diga cuándo controlar la pasión y cuando liberarla; cuándo sacar a bailar y cuándo dejarse llevar. El amor es un regalo demasiado grande como para no disfrutarlo. No estés con una persona porque sin ella te mueres, sino porque con ella vives, entendiendo siempre que en el amor no todo son alegrías, que hay subidas y bajadas y que lo contrario a una vida amada es una vida plana.


[...] "No son buenos tiempos para el corazón", se dice. Y no se dice por decir. [...]

El corazón es tan necesario como la cabeza, pues el único antídoto contra el miedo es el amor, y tanto amor como miedo coinciden en algo: no atienden a razones. Cualquier argumento racional, ni mitiga el miedo, ni espanta al amor. Por muchas veces que te digan que el avión es el medio más seguro, no se pierde el mido a volar. Hay que aprender a vivir con el miedo de la misma forma que hay que aprender a vivir amando. Es el corazón quien te permite seguir a pesar del susto.


No hay vuelo largo (que merezca la pena) sin turbulencias. 

[...] el amor es casi siempre paradoja. Es ese "hielo abrasador" o ese "fuego helado" que decía Quevedo. O ese "ni contigo ni sin ti" de Sabina y Machado. Es necesario que recordemos que en el amor, como en todo, no puede haber siervos: ni la razón de la pasión, ni el corazón de la cordura. Todos son necesarios: la cabeza para sugerir paciencia cuando la tripa diga "quiero, quiero, quiero"; el corazón para decirle a la razón "tranquila" cuando las dudas le invadan el miedo; y la tripa para encenderle una vela al corazón cuando se crea apagado.


Fragmentos de El Universo de lo Sencillo. Para leer el post completo simplemente pincha AQUÏ


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