9 de julio de 2015

Aquí va mi confesión

 Conocerte fue un disparo al corazón
Me atacaste con un beso a sangre fría
Y yo sabía 


Un disparo certero y sin escapatoria. Directo a lo más profundo de mi ser. No sabes el efecto que causas en mí. Y no fue tu primer beso el que me dejó más helada, más petrificada. Fue aquel segundo beso. Sin la magia del amor rodeándonos, ni embriagados por los alcoholes. Fue ese salido de lo más profundo de tu ser, el más inesperado, el más inocente y el más tierno que me han dado jamás.

En cada relación hay una historia y ciertos momentos que pasan a ser tesoros, únicos e irrepetibles, que viven en lo más profundo de nosotros. Compartirlo con alguien te hace ser especial, saber que tu si tienes a alguien que te ha robado el corazón. Y aunque sabes que puedes salir herido, es el sentimiento más puro y limpio que un ser humano puede sentir. Hay veces que nos creemos que no merecemos lo que tenemos. O que ese amor irracional y pasional que alguien siente hacia nosotros no debería existir. ¿Porqué yo? Si hay millones de mujeres en el mundo, más altas, más guapas, más mayores, más estables, más delgadas, más apasionantes y más apasionadas...Y probablemente no te engañes, pero ese es el misterio. Que simplemente, de entre todas las personas de éste universo, él te ha elegido a ti. Y por curiosidades del destino, por los caminos del azar, resulta que para ti él ha sido, desde el principio, lo que necesitabas. Aunque hasta este mismo instante ni siquiera lo supieras.

A veces el amor se esconde en las personas más recónditas, y cuando te acercas caminando despacio y sin prisa, abierta, con la guardia bajada y sin armadura, es cuando Cupido tiene visión directa para dar en el centro de tu diana. Para llegar derecho al corazón.



Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario