27 de noviembre de 2014

Benditas casualidades

Decisión: Determinación, resolución que se toma o se da en una cosa dudosa.

Amigos, amor...Pero, ¿que mas le interesa a un veinteañero? Hay tantas cosas que se nos pasan por la cabeza en un momento. Hay días en los que estamos arriba y nos podemos comer el mundo entero, otros en los que te levantas y ya sabes que no va a ser el mejor día de tu vida y lo único que te queda es rezar por que esas 24 horas que tienes por delante vuelen sin que mueras en el intento.

También nosotros tenemos rutinas. Aún no son de esas que se nos comen y todo el mundo asegura que es lo que acaba por hundir tu vida. Aún no son de las que crean crisis a los 40 o los 50, y aún no son de las que te quitan hasta la alegría por el fin de semana. Pero al final rutinas. Los 20tantos están llenos de cambios, has dejado atrás el instituto y te has pasado a la "uni". Ya eres guay y ya eres parte de la vida adulta que tanto querías y que ahora cambiarías por la de niño. Aunque esa rutina no dure muchos años, aunque en el fondo, más de lo que a ti te gustaría, te hace sentirte parte de algo distinto. Llevas horarios raros, o no tan raros, pero te creas una dinámica que no quieres romper. Ser estudiante es difícil, y ser capaz de elegir bien a la primera a mi me parece todo un desafío. Yo no lo hice, fallé y aprendí. Estudie algo porque pensaba que era lo que se esperaba de mi sin que nadie me dijese que eso era lo que se esperaba de mi, pero yo lo dí por sentado. Durante 2 años de bachiller me convencí que ese era mi deseo, y como los aprobados y las buenas notas maquillan los sueños me lo creí. Empecé la carrera que yo elegí como primera opción y me convencí que el sufrimiento que pasaba era necesario. Que todos lo hacían. Tenía gente cercana que lo había pasado y que estaba convencida que ese era su sueño. Así que aunque lo pasase mal seguro que también era mi sueño. Y mi destino. Los suspensos, los trabajos, los días interminables fuera de casa, los examenes...me decía que todo valía la pena. Que yo lo había elegido. Y en el fondo, lo único que merecía la pena eran esos ratos de lágrimas y risas con los amigos; eran estrellas fugaces, cortas, pero que te daban algo por lo que seguir.

El problema es que nadie te dice que con 18 años, como en el resto de tu vida, las elecciones son un cúmulo de cosas, que no sabes por donde te da el aire y tomas la decisión que mejor te parece, o la menos mala, o la que crees que encaja con lo que se espera de ti. Nadie te dice que con 18 años los errores no son permanentes y que aun estas a tiempo de cambiarlo todo. Y tu vida también. Al final, después de 3 años de sufrimiento y agonía, de entrar en hospitales y de vivir un ataque de ansiedad tras otro decidí cambiar. Decidí mandarlo todo bien lejos, olvidarme de lo anterior y pasar página. Me baje del pedestal en el que yo sola me había subido y tiré mi orgullo por el retrete. Pensé y elegí lo que, con 21 años pensé me gustaba. Entré en mi última opción 2 meses después que el resto de mis compañeros. Sin estar convencida de lo que estaba haciendo y muy perdida, pensando que no encontraría jamás lo que quería hacer en la vida. Ya no tenía un trabajo soñado, ni un destino deseado, no tenía un objetivo y dejaba que la vida me llevase de casualidad en casualidad. Benditas casualidades que te llevan a descubrir cosas increíbles. Por que no, sigo sin saber que quiero hacer en mi vida exactamente, pero el campo se ha reducido mucho. Sigo sin saber donde quiero vivir, pero me hago una idea de donde no acabarán mis pasos. Y sigo sin saber cual es el objetivo, pero sé cuales no son los objetivos. Dos años después de la decisión más arriesgada y quizá del paso más valiente que he dado en mi vida. Soy feliz (aunque ahora mismo desease no tener tal pila de apuntes a mi lado esperándome para ser devorados) por mucho que me queje, por mucho que me agobie. He descubierto algo que no solo me gusta, si no que además se me da bien (para que necesito yo una abuela) y con lo que disfruto cuando cojo las millones de hojas que me rodean. Y espero decir en un par de años que si, soy una Graduada en Estudios Ingleses, feliz de la vida y satisfecha de sus errores y de sus casualidades.



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